La industria del fintech a nivel mundial ha avanzado a gran velocidad en el 2016. Esto presenta un desafío para las instituciones financieras ya establecidas, las fuerza a actualizarse y adaptarse a clientes cada vez más exigentes.
Las empresas fintech encontraron una necesidad en la sociedad, que demandó una gran innovación en el área financiera. Estudios recientes han demostrado que más de una tercio de las personas dejarían su banco si éste no ofrece la tecnología más actualizada.
Es por esto que, invertir en tecnología es algo que no se puede retrasar más en este sector, pues se pagará caro más adelante. Dentro de esta inversión necesaria, es importante tener en cuenta los dispositivos móviles; éstos son una parte esencial de nuestra vida, ya que dejaron de ser sólo un accesorio, y se tornaron en el principal dispositivo en el que nos informamos, nos comunicamos y más.
Para poder entender un poco más la importancia de los smartphones y cómo utilizarlos para la instituciones financieras, veamos las siguientes estadísticas:
- Las personas pasan más tiempo en sus dispositivos móviles (51%) que en sus computadoras (42%) – KPCB, 2015 Internet Trends.
- Los usuarios de dispositivos móviles presentan mayor lealtad a la apps y pasan 18 veces más tiempo en éstas que en sitios webs móviles. – comScore
- El 87% de los millenials (personas de entre 18 y 34 años) expresó que nunca se separa de sus dispositivos móviles. – KPCB, 2015 Internet Trends
- Los usuarios realizan compras 3 veces más en apps que en sitios web móviles. - InternetRetailer
- Se espera un incremento del 50% en usuarios de billeteras móviles para 2020. - American Banker
Como muestran estos estudios, los dispositivos móviles son un elemento central de la vida de las personas. Para aquellas instituciones financieras que deben actualizarse para ponerse al día con el nuevo escenario, desarrollar un app móvil es una forma recomendada de hacerlo.
Una app permite comunicarse de forma efectiva con sus clientes y venderles nuevos productos. Hay apps que son solamente comunicativas y otras que también son transaccionales.
Al estar presente en los bolsillos de sus consumidores casi todo el tiempo (creemos que mientras duermen lo dejan en la mesa de luz), una app permite ahorrar en comunicación institucional. Agregar información nueva a una app no implica costos o en su defecto tiene costos mínimos, mientras que de no tener este canal, se debe apelar al envío masivo de mails con sus costos asociados u otras formas offline, como correspondencia por correo y llamadas telefónicas, en los cuales los costos son notoriamente mayores.
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